DGD: Postales, 2022-2024. |
r e t r a t o s (e n) (c o n) p o s t a l e s
Reunión (9). La luna, 5
[Se trata de una imagen puramente gráfica, por así decirlo; apenas hay en ella algún elemento conceptual: un reloj de arena (llamado clepsamia, a diferencia de su antecesor, el reloj de agua o clepsidra) cuyo material granular en la parte superior no es otra cosa que una media luna que al caer forma la otra mitad. Hay en esa imagen una curiosa manera de traducir las fases lunares, su sucesión de formas, su ir y venir de creciente a menguante, su danza. Podrían imaginarse rupturas como colocar el reloj acostado para interrumpir el movimiento de la arena; sin embargo, en todos los casos la luna se repetiría a sí misma con total fidelidad. Con ello se demostraría que la luna no sólo simboliza al tiempo sucesivo sino también a lo que podría llamarse transcurrir simultáneo.
Una vez “terminado” el collage (si puede considerarse que un collage termine en algún punto) era inevitable recordar aquellas líneas del capítulo LXII del inefable Juan de Mairena (1936) en las que Antonio Machado (1875-1939), poeta que escribe la biografía de su heterónimo y maestro Mairena, practica una de sus magníficas inversiones sobre lo incierto del pasado y lo legible del porvenir.
“De modo”, dice Mairena en labios de Machado, “que si el recordar no nos asombra, tampoco debe asombrarnos demasiado esa visión del futuro que algunos dicen poseer. En ambos casos se trata de lo inexplicado, acaso inexplicable. [...] Cuán intacto queda el problema de la percepción del mundo externo, si consideramos a la conciencia como un espejo que copia, reproduce o representa imágenes, mientras no se pruebe que los espejos ven las imágenes que en ellos se forman, o que una imagen en la conciencia es la conciencia de una imagen.”
De Machado puede decirse lo mismo que Machado dice de Mairena: es un “poeta del tiempo —no precisamente del suyo—”, y eso porque —dice Machado que decía Mairena— “La poesía es el diálogo del hombre, de un hombre con su tiempo. Eso es lo que el poeta pretende eternizar, sacándolo del tiempo, labor difícil y que requiere mucho tiempo, casi todo el tiempo del que el poeta dispone”. Ya desde la época de Campos de Castilla (1912), Machado parecía contemplar al tiempo como shape-shifter, cambiador de formas de acuerdo a la mirada del observador: “Nuestras horas son minutos / cuando esperamos saber, / y siglos cuando sabemos / lo que se puede aprender”. || En esta reunión, con Machado dialogan Rafael Alberti, Nicolás Boileau, Eliseo Diego, Gilberto Owen, Fernando Pessoa y José Saramago (cuya imagen asociada dialoga especialmente con la clepsamia inicial de Machado). (DGD)]
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P O S T A L E S / D G D / E N L A C E S