sábado, 5 de noviembre de 2011

Por el camino de Nadie

DGD: Textiles-Serie blanca, 23 (clonografía), 2010



Qué bello título el de un poemario de William Morris: Poems by the way. Una primera traducción sería “Poemas por el camino” o, acaso mejor, “en el camino”. Pero en el fondo de ese título juega la expresión inglesa by the way, que significa “a propósito” o “por cierto”, y que aquí cobra el sentido de poemas despertados o generados por ciertas imprevistas conjunciones de circunstancias (casi diríase conciertos inesperados). El camino se hace al andar, sin duda, pero también, y de la misma forma, las imágenes se hacen al mirar (se hacen para ser miradas): las circunstancias se reacomodan para que el poeta las cante.

Un texto budista, la Visuddhimagga, hace este fortísimo y estremecedor resumen de la doctrina entera de Buda en cuatro versos:

___El sufrimiento solo existe, ninguno que sufra;
___el hecho existe, pero no quien lo haga;
___Nirvana existe, pero nadie que lo busque;
___el Sendero existe, pero nadie que lo recorra.

No obstante, dice el poeta, el sendero consiste precisamente en que nadie lo recorre. O, mejor dicho, en que Nadie lo recorre. El “Alguien” se define por hacerse un lugar y habitarlo; en cambio, cuando recorre los caminos se vuelve necesariamente Nadie.

El Sendero existe, pero sólo Nadie lo recorre. El Poeta se vuelve Nadie para cantar a propósito y por cierto. (Kerouac lo supo muy bien: en el camino “nadie, nadie sabe lo que le va a pasar a nadie”.)

El camino no es el que va de circunstancia en circunstancia y de cuando en cuando se topa con un concierto inesperado y excepcional, sino el que va de milagro en milagro, de excepción en excepción, provocando con su sed la lluvia y con su extravío el sendero.






* * *

1 comentario:

Anónimo dijo...

Daniel,qué hermoso textos en tu blog, como todo lo que haces con una inteligencia y una sensibilidad maravillosas. Pilar