lunes, 5 de abril de 2021

El misterio de los cien monos (LXXIII)

DGD: Postales, 2021.

 

 

Túneles de realidad

 

Cientos de libros se orientan a la versión nefasta de los Illuminati: el dominio exterior y la esclavitud por lavado de cerebro e imposición de una realidad falsa. Acaso la menos equívoca respuesta ante todo este catastrofismo paranoide es del propio Robert Anton Wilson: “En tanto todos creamos nuestros habituales túneles de realidad, ya sea consciente e inteligentemente, o inconsciente y mecánicamente, prefiero crear para cada minuto de mi vida el túnel de realidad más feliz, divertido y romántico, consistente con las señales que mi cerebro aprehende. Me da pena la gente que persiste en organizar su experiencia en túneles de realidad tristes, monótonos y desesperanzados, y trato de mostrarles cómo deshacerse de ese mal hábito, pero no siento ningún deber masoquista de compartir su miseria” (Cosmic Trigger, 1977).[1]

          David Icke es un compilador de todos esos “túneles de realidad” catastrofistas, a los que presenta como ideas originales y hasta revelaciones. Mas lo significativo es que Icke no busca recuperar el mundo real, sino cambiar una ilusión opresiva por otra gratificante: “Lo que estamos buscando aquí, al final, no es movernos de una ilusión al ‘mundo real’, porque no hay mundo real en la frecuencia de operación en la que estamos. Es ‘sólo’ una ilusión. Buscamos elegir entre crear una ilusión-prisión o una ilusión-paraíso. De cualquier forma, ambas son ilusorias porque este mundo es sólo una creación de nuestras mentes”.[2] Es así que Icke, en evidente referencia a la fábula de los cien monos, alcanza su mensaje mesiánico y declara:

 

Este mundo es sólo una manifestación de la conciencia humana. Si todos pensáramos y proyectáramos una energía y una conciencia de amor y respeto por el otro, ahora, en este minuto, este mundo se transformaría absolutamente. No sería el mismo lugar dentro de sesenta segundos a partir de ahora. Esta es la clave. Esta es la base. Y esto será cuando alcancemos esta masa crítica de despertar de la conciencia, y nos movamos hacia allá, no tan rápido como quisiéramos, pero hacia allá. Después veremos al mundo cambiar. Y veremos la estructura de poder y control caer con una velocidad tal, que ya en sí genera confianza desde la perspectiva que tenemos en este momento.

 

Desde el arcano concepto indio de maya (ilusión) hasta las filosofías idealistas de Hume y Berkeley, desde la noción del miasma Psora mencionada por las tradiciones espirituales (la existencia aparencial de la que el iluminado se deshace) hasta la básica virtualidad posmoderna, la realidad material ha sido sistemáticamente cuestionada. Mas los excesos de torva paranoia (Icke) o de irrestricto entusiasmo (Dyer) no agotan los alcances de la fábula de los cien monos. De hecho, la doble lectura que la vuelve tan fascinante estriba en señalar la convivencia de lo sucesivo (la extensión de la nueva conducta de un mono a otro, y luego de un grupo a otro) con lo simultáneo (la sugerencia de que la conciencia se expande porque ya está expandida en cada uno de los pasos de su proceso de apertura).

          Este último es el punto más difícil de atrapar por la razón binaria. La fábula de los cien monos ha sido usada mil veces, dentro y fuera de la New Age, para apoyar, por ejemplo, la idea de la plegaria. Lo que no se entiende es que ningún acto de orar podrá ser lo suficientemente mayoritario (“masa crítica”) si la realidad en que ese acto brota no es sagrada. El hecho más o menos probado de que el índice de criminalidad desciende en torno al área en donde medita un grupo nutrido de personas es sólo la punta del iceberg, la primera y más pálida señal de lo que existe en el fondo mismo de la fábula de los monos: la necesidad de acceso de toda la humanidad sin excepciones a una conciencia de lo sagrado.

 

 

Pequeña entrevista con Sheldrake

 

En el mejor de los casos, la fábula de los cien monos parece la representación popular de la teoría de Rupert Sheldrake de la resonancia mórfica. Aunque evidentemente han avanzado en paralelo, la obra de este biólogo y esa fábula no parecen haber coincidido plenamente: Sheldrake no la cita, aunque parece estarse refiriendo a ella una y otra vez. Para elucidar este punto, le hice la siguiente entrevista en mayo de 2003:

 

—¿Conoció usted la fábula de los cien monos antes o después de crear la teoría de los campos mórficos?

  Sheldrake: Nunca oí esa historia hasta que había terminado mi primer libro, A New Science of Life. Alguien me habló de ella cuando el libro estaba recién publicado. Sin embargo, cuando encontré la historia en su forma original, en el libro Lifetide de Lyall Watson, fue claro para mí que era más una historia que la exacta declaración científica de lo que había pasado. Watson aclara que está inventando la idea de un número-umbral de monos y de un periodo particular en el cual las cosas se esparcieron súbitamente.

  —¿La fábula influyó en su trabajo de una u otra manera?

  Sheldrake: No tuvo ninguna influencia porque yo había ya elaborado mi teoría y contaba con una considerable cantidad de evidencia para apoyarla, por ejemplo los estudios sobre aprendizaje de ratas que describo en A New Science of Life.

  —¿Por qué usted no cita la fábula en sus libros o entrevistas? ¿No le concede ninguna importancia, ni siquiera metafórica?

  Sheldrake: No la cito porque científicamente es poco fiable. Lyall Watson especificó esto muy claramente desde el principio, pero esa historia, a través de muchas repeticiones de gente que la recuerda a medias en la literatura de la New Age, se ha alejado más y más de cualquier base en los hechos. Pedí a Lyall Watson que me diera referencias en la literatura científica acerca de los hechos en que se basa la historia, pero me dijo que no conocía ninguna y que esos hechos estaban simplemente basados en conversaciones que sostuvo con los científicos japoneses que observaron un aparentemente rápido incremento de esta forma de conducta en los monos. Así que tal vez existen ciertas bases científicas, pero no una documentada.

  ”El hecho de que esa historia se haya alejado tanto de sus hechos básicos la hace muy susceptible de ser atacada por escépticos. En revistas norteamericanas dedicadas al escepticismo han aparecido varios artículos en los que se afirma, con razón, que la historia del centésimo mono es más un mito de la New Age que un hecho científico, y en seguida esos mismos artículos tratan de desacreditar mi trabajo por asociación. Los autores piensan que, al desacreditar la historia del centésimo mono, han desacreditado la resonancia mórfica. Para evitar toda esta controversia, sencillamente evito hablar de esa historia; ella nunca tuvo una parte importante en mi pensamiento, y mucho menos en la escritura de mi primer libro. Su valor radica en ser una especie de mito de la New Age que ilustra un principio básico y que atrae a la gente por eso.

  —¿Cuál es su interpretación personal del “Síndrome de los cien monos”?

  Sheldrake: La historia del centésimo mono fue usada originalmente en el contexto del movimiento antinuclear y su demanda por la paz. En lo personal, me parece interesante que implique la metáfora de una “masa crítica”, porque ¡ese el exacto principio a través del cual trabajan las armas nucleares! Si usted consulta los datos sobre aprendizaje de ratas que se muestran en una gráfica en mi libro A New Science of Life (ilustración 28), verá que no existe en absoluto un efecto de “masa crítica”. En lugar de ello, lo que hay es un efecto cuantitativo sin umbral crítico. De tal forma, pienso que este aspecto de la historia del centésimo mono es muy engañosa.

 

*

 

Notas

[1] Wilson ventila los mismos temas en el territorio de la no ficción en sus corrosivas Cosmic Trigger (1977-1995), Schrodinger’s Cat Trilogy (1980-1981) y Quantum Psychology (1990).

[2] David Icke entrevistado por el diario The Spectrum, Tehachapi (California), septiembre 10 de 2001.

 

 

Libros citados

Sheldrake, Rupert: A New Science of Life: the Hypothesis of Formative Causation, J.P. Tarcher, Los Ángeles/Nueva York, 1981.

Watson, Lyall: Lifetide: a Biology of the Unconscious, Simon & Schuster, Nueva York, 1979.

Wilson, Robert Anton: Cosmic Trigger I: Final Secret of the Illuminati, And/Or Press, Berkeley, 1977; ed. revisada: New Falcon Publications, Tempe (Arizona), 1986.

——: Cosmic Trigger II: Down to Earth, New Falcon Publications, Tempe (Arizona), 1991.

——: Cosmic Trigger III: My Life After Death, New Falcon Publications, Tempe (Arizona), 1995.

——: Schrodinger’s Cat Trilogy: The Universe Next Door / The Trick Top Hat / The Homing Pigeons (1980-1981), Dell Books, Nueva York, 1988.

——: Quantum Psychology: How Brain Software Programs You and Your World (1990), New Falcon Publications, Tempe (Arizona), 1993.

 

 

[Leer El misterio de los cien monos (LXXIV).]

 

 

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