viernes, 25 de febrero de 2011

Fragmentario (II) (La fonética-ficción)

DGD: Paisaje 3 (clonografía), 2001
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La etimología-ficción
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Los filólogos llaman “etimología popular” al origen atribuido a las palabras por una sabiduría colectiva guiada menos por las reglas canónicas que por la similitud fonética. Pero cuánta verdad se oculta en esos juegos de la imaginación. La etimología-ficción es una fonética-ficción.
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El delirio etimológico y la pintura
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El delirio etimológico, lo llamaba Bierce. Sin duda, pero algo terrible hay en el fondo cuando ese delirio fundamenta a una vida. Un pintor que se escandalizaba de la abundancia de las obras de sus contemporáneos me decía que un solo cuadro podía llevarle años. Para explicarse, añadió: “En inglés, las primeras cuatro letras de painting tienen la clave. Pintar es dolor, aunque estés pintando el gozo y precisamente por ello. No menos cierto es que la pintura pinta el dolor y que, por tanto, en los momentos de su mayor exaltación, pintar es el mayor de los sufrimientos”.
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La fonética-ficción (I)
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Un océano de posibilidades inéditas, sobre todo si se interrelacionan distintos idiomas con la soltura e irresponsabilidad del que inventa historias. Por magno ejemplo, la hermandad fonética de la palabra francesa désir (desear) y de la palabra española decir. Todo decir es un desear. Todo deseo es un decir.
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La fonética-ficción (II)
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El habla popular hispanoamericana usa un hermoso giro cuando se trata de minimizar una afirmación, de reducirla a mera boutade: “es un decir”. Completar la frase —esto es, llevarla a sus últimas consecuencias— es la boutade ulterior, lo cual casi significa la verdad ulterior: Todo decir es un decir.
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La fonética-ficción (III)
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No menos inquietante resulta la cuasi-identidad fonética de las palabras inglesas look, luck y lock. Mirar es una suerte echada. La suerte es un mirar cerrado. Cuando la mirada tiene suerte, descubre frente a sí a un cerrojo que debe ser abierto.
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Sens y censura
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El francés sens y el español censura. ¿Quién no siente a veces que los sentidos son una censura del mundo? En el mismo orden, se dice que los sentidos captan el mundo, de donde no hay sino un paso para decir que lo capturan. Censurar y capturar: atroces verbos que son parte de la retórica del poder. Porque el sentido del sentido no es limitar ni sancionar, sino todo lo contrario. Quizás no otra cosa dicta la verdadera sensatez.
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Cara y caridad
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Caritas, el amor altruista, se contrapone a Eros, el amor sensual. Caritas es dar sin esperar correspondencia, mientras que Eros es tomar para mí. La similitud fonética entre cara y caritas da pie para imaginar que la caridad da la cara (da) mientras que el erotismo la esconde (quita). Caritas no espera correspondencia, y por eso no esconde para luego dar valores a las develaciones, como hace Eros, que no espera sino correspondencia. Caridad no es otra cosa que dar la cara: por eso es una palabra desprestigiada, y casi diríase descarada. En sus mejores momentos, caricia es dar la cara con las manos y con la piel.
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Poema escrito en un sueño
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las esmeraldas también se llaman ojos,
pero los ojos son nubes
cuyos párpados se llaman cielo,
ese telón en donde se pinta el día
o se despinta la noche,
como una bailarina
que desnuda tiene un nombre diferente
a cuando está vestida,
y que se mira al espejo
y contempla sus ojos,
que son cielo,
que son nubes,
que son esmeraldas

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