lunes, 26 de febrero de 2024

Manuel del Cabral: Ventana hecha de lluvia

 

DGD: Postales, 2024.

 

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Manuel del Cabral: Ventana hecha de lluvia

 

Por su carácter de diplomático, Manuel del Cabral (1907-1999) residió en Argentina, Chile, Colombia, España y Estados Unidos, entre otros países. Nacido en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, pionero de la poesía negrista, profundamente comprometido con su militancia popular e indigenista, asumió una responsabilidad que no era de ningún modo meramente conceptual; así, en uno de sus primeros poemas habla del pueblo como algo que “se va de vena en vena por mi cuerpo hasta el alma, / como de puerta en puerta desde el horno la espiga / va en su tibia fragancia dando el alma del trigo”.

   Del Cabral nunca es ajeno a aquello que suscita el canto, porque el nombre propio no se recibe sino se gana, del mismo modo en que el cuerpo no se habita sino se aprende: “Es que Manuel aún yo no me llamo. / Todavía llueve mucho en mi pueblo: / Todavía / yo no puedo ser hombre cuando llueve. / Cuando cae agua gorda me pongo a hablar con alguien, / toco el espejo y veo si es mi última cara. / Porque comprendo / que tengo que buscarme cuando llueve”.

   En su poesía la infancia no es un remoto punto de partida sino una meta (“¡Qué bien estoy junto al principio... / Qué bien estoy donde no estoy”), y los obstáculos para acceder a ella son creados por la razón: “¿Quién me puso a crecer? / Todavía lo ignoro, / pero el hecho tan sólo de saber que yo pienso / es ya bastante triste”. Toda poesía es autobiográfica, sin duda, pero también es cierto que suele escribirla un otro que se mira: “yo casi siempre fui un niño de ventana, / un niño junto a cosas que me quedaban lejos; / pero fui siempre triste desde que tuve ojos... / desde que vi las cosas y las metí en la letra”. Y: “¡Cuánto me duele ahora crecer lo que crecí! / Mi infancia fue aquel poco de lluvia de camino, / allá, no más, en donde, con un poco de mí, / y otro de qué sé yo...”. Esa ventana se vuelve arquetípica: “Mira todas las cosas que se ven a través / de tu ventana abierta: se despiertan, ¿las ves?”.

   Manuel del Cabral incursionó en una visión que podría llamarse panteísta o simplemente integral, expresada con una limpidez sobrecogedora: “Alguien va desnudo como el día por el campo, y nadie va desnudo. / ¿Estaré yo aquí... conmigo?”. Convencido de que “Hay algo más que canta sin cantar en el canto”, vuelve a sus orígenes y sabe reconocerlos en lo que observa a su alrededor con ojos de lluvia: “Rebelde como el tiempo, tanto cielo te agarra, / que tus pies ya no saben caminar por el mundo. [...] El blanco de tu adentro retoza como un niño”.

   Hay en su poesía un erotismo excepcional que no se cierra a todas las otras maneras distintas de ver el mundo: “Yo que aprendí en su carne casi a no ser de carne”. Paul Éluard reconoció que no conocía mejor definición de la poesía que la que ofrece Del Cabral en uno de sus poemas breves más conocidos: “Agua tan pura que casi / no se ve en el vaso agua. / Del otro lado está el mundo. / De este lado, casi nada... / Un agua pura, tan limpia / que da trabajo mirarla”. André Gide dijo, con una transparencia equivalente: “Pocas veces nos llega del otro lado del mar una voz tan humana, tan vital y americana como la de Cabral”. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura de la República Dominicana en 1992. [DGD]

 


 


 


 


 

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Obra poética selecta de Manuel del Cabral: Pilón (1931), Color de agua (1932), Doce poemas negros (1935), Trópico negro (1942), Sangre mayor (1942), Compadre Mon (1943), Chinchina busca el tiempo (1945), De este lado del mar (1948), Los huéspedes secretos (1951), Treinta parábolas (1956), Sexo y alma (1956), La isla ofendida (1965), Los relámpagos lentos (1966), Los antitiempo (1967), Obra poética completa (1976).

 

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 [Leer Eliseo Diego: “Porque quién vio jamás las cosas que yo amo”]

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viernes, 16 de febrero de 2024

Tarkovski: la imagen absoluta (3)

DGD: Postales, 2024.

 

 

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Tarkovski: aforismos

 

[Selección de aforismos de Andrei Tarkovski extraídos de Martirologio (Diarios 1970-1986); trad.: Iván García Sala. (DGD)]

 

Para vivir, hay que cobrar algo. Pero en tu arte eres libre. Claro que hay que publicar, hacer exposiciones, pero si esto no es posible, queda lo más importante, la posibilidad de crear sin tener que pedir permiso a nadie. En cine esto no es posible. Sin el beneplácito del Estado no se puede filmar ni una secuencia. Y aún menos se puede hacer con el dinero de uno. Se entendería como un robo, como una agresión ideológica, como una subversión. Si un escritor a pesar de su talento deja de escribir porque no lo publican, no es un escritor. El deseo de crear define al artista, y este rasgo entra en la definición de talento. [Septiembre 3 1970]

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¿Qué es la verdad? ¿El concepto de verdad? Probablemente algo tan humano que no tiene equivalente desde un punto de vista objetivo, extrahumano y absoluto. Y si es algo humano, significa que es limitado, está, desde el punto de vista material, indefectiblemente contenido por los límites del medio humano. Relacionar lo humano con el cosmos es inconcebible. La verdad también. Alcanzar la grandeza dentro de los propios límites (euclidianos e insignificantes en comparación con la eternidad) significa demostrar que sólo eres un hombre. El hombre que no busca la grandeza del alma no es nada. [Septiembre 5 1970]

 


 

El pesimismo tiene demasiada poca relación con el arte. La literatura, como el arte en general, es religiosa. En su máxima expresión da fuerzas, infunde esperanza ante el rostro del mundo moderno, monstruosamente cruel y que, en su sinsentido, deriva hacia el absurdo. El verdadero arte contemporáneo necesita la catarsis, con la que purifica a los hombres ante las catástrofes venideras, e incluso ante la Catástrofe. [Septiembre 9 1970]

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Mi madre decía que [mi padre] sólo pensaba en sí mismo, que era un egoísta. No sé si tenía razón... De mí también se puede decir con derecho que soy un egoísta. [...] No soy ni un santo ni un ángel, sino un egoísta que lo que más teme es el sufrimiento de aquellos a los que ama. [Septiembre 14 1970]

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Dividir la filosofía en idealista y materialista mediante una división ficticia del problema entre la primacía de la materia o de la conciencia, resulta disparatado porque es absurdo. Es igual que discutir sobre qué fue primero, el huevo o la gallina. [Octubre 17 1970]

 


 

Hace muchos años que me tortura la convicción de que los descubrimientos más increíbles aguardan al hombre en la esfera del Tiempo. El tiempo es la cosa sobre la que menos sabemos. [Febrero 15 1972]

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Hoy en plena noche miré al cielo y vi las estrellas... Tuve la sensación de que las veía por primera vez. Me quedé asombrado. Las estrellas me produjeron una impresión sobrecogedora. [Febrero 28 1972]

 


 

Los sueños se dividen en dos tipos. En el primero, la persona que contempla el sueño dirige los acontecimientos, como si hiciera magia. Es el amo de todo lo que pasa y lo que pasará. Es un demiurgo. En el segundo, la persona que sueña no es capaz de dirigir, es pasiva y sufre por culpa de la violencia y por su incapacidad de defenderse de ella; todo lo que le sucede es indeseable, horrible y doloroso (comparar con la prosa de Kafka). [Enero 26 1973]

 


 

Esta vida nuestra tan compleja, con el objetivo de prepararnos para un papel muy determinado, nos mete en unas situaciones en las que solamente se desarrollan aquellos rasgos de nuestra alma que nos ayudan a crecer en ese papel. El resto del alma perece. De ahí proviene la falta de contacto. Y entonces la psicología junto a la sociología engendran el miedo, la incredulidad, la vileza y la muerte de las esperanzas. [Enero 31 1973]

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Tenemos que tender a la simplicidad. Más simple y más profundo; cuanto más simple, más profundo. Todo tiene que ser sencillo, libre, natural, sin falsa tensión. Este es el ideal. [Febrero 10 1973]

 


 

Cada vez veo con más claridad la necesidad de cambiar la vida, de reorganizarla, revisarla. Hay que empezar a vivir de nuevo. ¿Qué se necesita? Sentirse antes que nada libre e independiente. Creer, amar. Abandonar este mundo, excesivamente miserable, y vivir para otro mundo. Pero ¿dónde? ¿Cómo? [Junio 23 1977]

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¿Por qué las personas a menudo sueñan con cosas que nunca han experimentado? ¿Que vuelan, por ejemplo? Durante la infancia es un sueño que se repite mucho. [Noviembre 17 1978]

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Si se habla de cuál es mi vocación, yo creo que es alcanzar el absoluto, intentando levantar, elevar el nivel de mi oficio. La dignidad del artesano. El nivel de calidad, que todo el mundo ha perdido porque no es necesario y ha sido sustituido por la apariencia, la ilusión de calidad. Yo quiero conservar el nivel de calidad. Como Atlas sostenía la tierra sobre las espaldas. Porque, agotado, habría podido soltarla. Pero no lo hizo y por alguna razón siguió aguantándola. Por cierto, lo más sorprendente de esta leyenda no es que la sostuviera mucho tiempo, sino que no la soltara, aun engañado, que siguiera soportándola. [Junio 2 de 1979]

 

 


 

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Filmografía de Andrei Arsenievich Tarkovski (Zavrazhie, Ivánovo, abril 4 de 1932-París, diciembre 29 de 1986): | Cortometrajes escolares: Asesinos (Ubiytsy), 1958; Concentrado (Kontsentrat), 1958; Hoy no se licenciará (Segodnya uvolneniya ne budet), 1959; La aplanadora y el violín (Katok i skripka), 1960. | Largometrajes: La infancia de Iván (Ivanovo detstvo), 1962. Andrei Rubliov, 1966. Solaris (Solyaris), 1972. El espejo (Zerkalo), 1975. Stalker, 1979. Nostalgia, 1983. Sacrificio (Offret), 1986. Pueden incluirse la filmación de su puesta en escena de la ópera Boris Godunov de Musorgski (Claudio Abbado, 1982) y el diario filmado Tiempo de viaje (Tempo di viaggio / Voyage in Time, en colaboración con Tonino Guerra), 1983.

 

Andrei Tarkovski: Martirologio. Diarios 1970-1986, Ediciones Sígueme (El peso de los días, 78), Salamanca, 2011; trad.: Iván García Sala.

 

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 [Leer Manuel del Cabral: Ventana hecha de lluvia]

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