“Con auspicios de”: bajo la mirada protectora. “Auspiciar”: no sólo contemplar, sino crear para mirar.
Cernir, discernir: ver es filtrar.
Ir juntos. Venirse cada uno. Aunque se vengan juntos, estarán separados por el mismo retorno. Sólo en la ida estarán realmente juntos, y cuando se vengan retornará cada uno sin recordar a dónde fueron juntos y lo que ahí hicieron.
Concreto: Que ha crecido con
Concreto es lo que ha crecido con uno. Abstracto es lo que acaba de nacer, o lo que no ha nacido, o lo que no ha crecido con uno sino lejos, quién sabe en dónde.
Fiat: Hágase
Fieri: En hacerse
La orden genésica Fiat Lux (“Hágase la luz”) es una mala traducción del lenguaje divino. Se trata de una traducción sucesivista que convierte a una creación plural y simultánea en un acto único e irrepetible. Menos equívocos habría habido si en el canon se hubiera registrado la orden como Fieri Lux. No “Hágase” sino “Dé en hacerse”. La luz hecha sólo puede contemplarse desde fuera, lo mismo que sucede con la frase hecha y el hombre hecho. En cambio, de la luz por hacerse (o mejor, en hacerse), sólo podrían desprenderse una frase que nunca puede terminar de pronunciarse y un hombre haciéndose sin fin. La luz no significa nada si se mira desde fuera; el hombre carece de sentido si se concibe como mero espectador de un universo ajeno, incomprensible, indiferente y amenazador. La luz y el hombre no han sido “hechos” sino dados en hacerse: fueron hechos para darse y fueron dados para hacerse desde dentro.
Libro, librare: Equilibrar
Un equi-libro. Un libro equidistante de todos los equilibrios. Un libro que equilibra a todos los equilibrios. No otra cosa es un clásico. No otra cosa sueña todo escritor: un libro que se mantenga en su equilibrio tal como el mundo se mantiene en el suyo. Un libro que nos haga sentir el modo en que todos los equilibrios son uno solo.
Loco: Lugar
Locutusest: Habló
Loquor, loqui, locutus: Hablar
Hablar es hacerse un lugar. El loco es el que habla sin que lo que dice tenga por función primaria localizar, localizarse. El loco habla por todo lo que no tiene lugar.
Bona nullius: Bienes de nadie
Gran pregunta: los bienes en plural son de nadie. Y como nadie no puede pluralizarse, porque es a la vez singular y plural, también puede decirse “el bien es de nadie”. ¿El mal, por tanto, es de alguien? ¿Es el mal el que arranca a uno del bien de nadie bajo la promesa de convertirlo en alguien? ¿Es la identidad el mal?
Alma mater
Los latinos llamaban así a la patria; hoy se dice de las universidades y, por extensión, de las escuelas formadoras. Máter, explican los estudiosos, se escribe con tilde. Y agregan, misteriosamente, que “Con artículo es la alma máter, ya que alma no es sustantivo”. Una cultura para la que el alma no es sustantiva, ¿en qué se sustenta? En la materia, acaso responderán los académicos, es decir en el cuerpo. Pero será en un cuerpo sin sustento. Y, peor aún, será una materia sin mater. Un mundo desalmado es aquel al que se despoja de su carácter generador (generatriz) de alma madre.
Homo absens: Hombre ausente
Homo esuriens: Hombre hambriento, necesitado
Homo sapiens: Hombre que piensa
En orden alfabético: primero Absens (no está, no se halla), luego Esuriens (está porque tiene hambre; se halla porque necesita), y sólo entonces Sapiens (se da cuenta de la Trinidad, del orden alfabético de su creación). Es entonces que surge el Absens de la siguiente escala. Tres rostros simultáneos que se alternan y complementan en una espiral sin fin.
Pero el Sapiens ha destruido al Absens y al Esuriens. Vivimos los resultados de haber petrificado al pensamiento y de haberlo convertido en el tirano absoluto que sólo cree en lo que está, que se considera hecho y cerrado, y que no cree tener más necesidades que las que le proponen la materia y el poder.
Homo sapiens se entiende generalmente como “El hombre que piensa”. Circula por ahí una definición iluminadora: “El hombre que empieza a pensar”. Sapiens es sólo el punto de partida, la promesa, el principio del salto. Mientras no lo dé en verdad, seguirá siendo Homo absens en exclusiva. Porque antes que Sapiens es Esuriens, hambriento de sí mismo. Y antes que Esuriens es Absens, expresión de lo invisible y lo inmaterial a partir de lo cual debe emprender una constante creatio ex nihilo (“creación a partir de la nada”).
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