lunes, 5 de octubre de 2020

El misterio de los cien monos (LV)

DGD: Morfograma 106, 2020.

 

 

¿Natural o aprendido?

 

Aparece aquí una pregunta fundamental: el hecho de que resulte casi imposible para un observador cuantificar adecuadamente los contenidos psíquicos y la “realidad objetiva” al mismo tiempo, ¿es un hecho dado, una ley, una fatalidad, o es el resultado de una (de)formación cultural, de un límite humano autoimpuesto? (En lengua inglesa, este tipo de cuestionamientos se sintetiza en uno solo: nature or nurture?, es decir, “¿natural o aprendido?”) En un esfuerzo por ir más allá de la mera analogía subjetiva, Kammerer debió confiar menos en la estadística que en la intuición. Dicho de otro modo: aunque era un hombre de ciencia y buscaba una base científica (“evidencias”), su territorio esencial fue el de la poesía, el ámbito de las grandes intuiciones.

          La única diferencia palpable entre sincronicidad y serialidad es explicada por el bio-ecólogo australiano Michael A. Forster en “Seriality, Synchronicity and Complexity Science: the Relationship” (2003): “La diferencia significativa es que la sincronicidad incluye a la psique humana y al modo en que los contenidos de ésta se relacionan con los objetos exteriores, de tal manera que con frecuencia un suceso sincrónico es, para un observador, una coincidencia significativa”. Buscando una diferenciación más clara, en noviembre de 2003 formulé a Forster esta pregunta por correo: “¿Otra forma de diferenciar ambos términos sería decir que la sincronicidad es esencialmente psicológica, mientras que la serialidad es física?” Su respuesta fue:

 

La diferenciación basada en colocar la serialidad en el reino físico y la sincronicidad en el psicológico es correcta. Sin embargo, la sincronicidad es esencialmente física en la naturaleza. Imagine a Kammerer sentado en su banca del parque concentrado en el vestuario de los viandantes. En la sociedad de su tiempo sólo había un cierto número de formas en que la gente podía vestir y, por tanto, sólo un cierto número de combinaciones que podían pasar ante sus ojos. Debido a las leyes del azar es inevitable que ocurriera un suceso serialístico. Ahora imagine a una persona que se sienta en esa banca del parque pensando acerca del mundo. Sólo existe un cierto número de cosas que esa persona puede pensar en cada fracción de tiempo. Ahora bien, si esa persona estuviera pensando en un gato negro con una mancha blanca en el lomo, y justo en ese momento viera pasar a un animal de esas características, entonces ello representaría para esa persona una coincidencia significativa. La sincronicidad ocurre cuando un pensamiento nuestro coincide con algún objeto en el mundo material. De tal manera puede verse cómo la serialidad y la sincronicidad son esencialmente lo mismo.

 

Forster hace incluso notar que, “en lugar de que las depresiones económicas o las guerras afectaran la investigación de Kammerer de un modo negativo, de hecho contribuían a los sucesos que daban origen a las observaciones serialísticas en primer lugar”. Es decir que Kammerer no sólo estaba consciente de las posibles “variables” que actuarían sobre su investigación sino que requería aprender a mirar el modo en que los sistemas se insertan y comunican unos dentro de otros.

 

 

Un nuevo principio de la naturaleza

 

El propio Einstein tuvo el libro de Kammerer en alta estima y afirmó que no era absurdo en absoluto. En el famoso ensayo “Sincronicidad: un principio conector no-causal” (1952), Jung da crédito a Kammerer por su búsqueda de una sincronicidad no causal, y agrega que en el fondo se trata del rastreo de un nuevo principio de la naturaleza, coexistente con la causalidad y la finalidad, y que explicaría los agrupamientos aparentemente azarosos de sucesos similares, es decir, lo que se llama coincidencias en la vida cotidiana (golpes de suerte, simultaneidad de pensamientos o de acciones, repercusión de lo lejano en tiempo o en espacio). En este sentido, la fábula de los cien monos sería un ejemplo extremo de serialidad.

 

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Libros citados

Forster, Michael A.: “Seriality, Synchronicity and Complexity Science: the Relationship”, en Complexity International, Charles Sturt University (School of Environmental and Information Sciences), Thurgoona (Albury, Australia), 2003.

Jung, Carl Gustav: “Synchronizitat als ein Prinzip akausaler Zusammenhange”, en Naturerklärung and Rsyche. Studien aus dem C.G. Jung-Institut, IV, Zurich, 1952. [Synchronicity; an Acausal Connecting Principle, Princeton University Press Princeton, 1973.]

 

 

[Leer El misterio de los cien monos (LVI).]

 

  

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