martes, 28 de octubre de 2025

Reunión (28). El sueño, 4

 

DGD: Postales, 2022-2023.

 

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Reunión (28). El sueño, 4

 

[El sueño conforma uno de los más esenciales recursos de Marcel Proust en la redacción de En busca del tiempo perdido: “El sueño era todavía uno de los hechos de mi vida que más me habían impresionado siempre, que más debieron servir para convencerme del carácter puramente mental de la realidad, y cuya ayuda no desdeñaría en la composición de mi obra”. En El tiempo recobrado practica un recuento: “[E]ra la hora en que me reclamaba el otro maestro a cuyo servicio estamos cada día un tercio de nuestro tiempo. La tarea que nos impone la realizamos con los ojos cerrados. Todas las mañanas nos entrega de nuevo a nuestro otro dueño, sabiendo que, sin esto, nos entregaríamos mal a sus órdenes. Curiosos por saber lo que hemos podido hacer bajo el dominio de ese dueño que recuesta a sus esclavos antes de ponerlos a una tarea determinada, en cuanto nuestro espíritu abre de nuevo los ojos, intentamos mirar subrepticiamente. Pero el sueño nos gana y hace desaparecer las huellas de lo que quisiéramos ver. Y al cabo de tantos siglos no sabemos gran cosa sobre el particular”.

   No sabemos, en efecto, gran cosa sobre el sueño, y no quedan sino las grandes intuiciones para entrever su naturaleza; una de ellas, acaso la más profunda, indica inequívocamente que el soñador pasa cada noche al papel del demiurgo: “Cuando un hombre está durmiendo tiene en torno, como un aro, el hilo de las horas, el orden de los años y de los mundos”. Porque quien duerme emprende un retorno a lo primigenio y revive la Creación, tal como Proust lo certifica: “[A]l despertarme a medianoche, como no sabía en dónde me encontraba, en el primer momento tampoco sabía quién era; en mí no había otra cosa que el sentimiento de la existencia en su sencillez primitiva, tal como puede vibrar en lo hondo de un animal, y me hallaba más desnudo que el hombre de las cavernas; pero entonces el recuerdo —y todavía no era el recuerdo del lugar en donde me hallaba, sino el de otros sitios en donde yo había vivido y en donde podría estar— descendía hasta mí como un socorro llegado de lo alto para sacarme de la nada, porque yo solo nunca habría podido salir”. (DGD)]

 


 


 


 


 


 


 

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 [Leer Reunión (29). El sueño, 5]

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domingo, 19 de octubre de 2025

Reunión (27). El sueño, 3

 

DGD: Postales, 2021-2023.

 

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Reunión (27). El sueño, 3

 

[El sueño: creación del soñador en un sentido artístico (poiesis) y a la vez hacedor de aquel que sueña, en un sentido demiúrgico (dēmiurgós). Así lo describe Borges en una nota de 1957: “la historia no está relegada a viejas espadas y a textos laboriosos; no es algo que está hecho sino que se hace, en los sueños y en la vigilia”. En efecto, se olvida casi siempre que no sólo la historia, sino todo lo que se hace, es deudor del sueño no menos que de la vigilia. Así como el mundo diurno (a lo que se alude con la frase acaso demasiado pretenciosa “estar despierto”) es indesligable del nocturno (cuya designación es “dormir” y, ante todo, “soñar”), todo lo que el hombre hace (y mejor debería decirse todo lo que se hace, es decir lo que se construye a sí mismo sin intervención humana) surge en gran parte de los sueños: de ahí toma su sabor, su tono, su proyección, su hondura. (DGD)]

 


 


 


 


 


 

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Jorge Luis Borges: “Intenciones”, en La Biblioteca, Tomo IX, Segunda Época, n. 1, Buenos Aires, primer trimestre de 1957; Textos recobrados 1956-1986, Emecé, Buenos Aires, 2003.

 

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 [Leer Reunión (28). El sueño, 4]

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